La depuradora de Cantavieja está en funcionamiento tras 15 meses y un millón de euros

La EDAR ha sido ejecutada por el IAA, gracias a los fondos del FITE, para solventar las sanciones de la CHE al no tratar los vertidos.

Cantavieja ya cuenta con una estación depuradora de aguas residuales para tratar el agua del municipio antes de ser vertida al río. La infraestructura se ha llevado a cabo por el Instituto Aragonés del Agua mediante 999.113,18 euros procedentes del Fondo de Inversiones de Teruel. La EDAR tiene una capacidad de 1.000 habitantes equivalentes, para hacer frente a épocas estivales cuando la localidad aumenta su población, así como un caudal máximo de tratamiento de 300 metros cúbicos al día. Además, el ayuntamiento se ha encargado de la adquisición de los terrenos, ubicados en el alto del Canto la Peña.

Desde el consistorio muestran su satisfacción por la puesta en marcha tras años de demandas y el plazo de ejecución, que llega según lo previsto. «Es muy importante por fin verter agua limpia, teníamos problemas con la confederación y con el propio espacio natural», explicó Ricardo Altabás, alcalde del municipio. La alegría llega también porque solventará las sanciones anuales recibidas por la CHE al no depurar, que ascendían hasta 3000 euros anuales. «Era una paradoja, porque tampoco recibíamos soluciones para contar con la infraestructura, esperamos que este año ya no lleguen», añadió Altabás.

La empresa adjudicataria ha sido Aqlara Ciclo Integral del Agua, S.A., quién ha construido desde septiembre de 2021 dos estaciones de bombeo, con distintos colectores para agrupar todas las aguas en una de las estaciones de bombeo y desde la misma, impulsar dichas aguas hasta la propia estación depuradora así como mejoras y el ensanchamiento de la pista por la que acceder al cerro donde se ubica, a cinco minutos del centro. Ahora, Aqlara gestionará la instalación durante un período de 18 meses, hasta junio de 2024, después correrá a cargo del IAA.

La construcción ha traído incertidumbre entre los vecinos, quienes no entendían que la infraestructura se encontrase más alta que el casco urbano. Sin embargo, desde la constructora aclaran que es suficiente presión para que lleguen los residuos, y que si, por el contrario, la velocidad aumentase, podría dañar el mecanismo.